Contacto extraterrestre del Papa Juan XXIII

 

Sacerdote José Gabriel Funes


En el año 2008 hubo unas declaraciones por parte del director del observatorio astronómico del Vaticano el sacerdote jesuita José Gabriel Funes, el cual dijo textualmente que “los extraterrestres son nuestros hermanos” y que de confirmarse su existencia esto sería una muestra de la grandeza de Dios.

Aunque Funes también dijo que estas declaraciones serian solamente su opinión y que no representan la opinión oficial de la iglesia.


Sacerdote y Astrónomo Ángelo Secchi.


Otro sacerdote jesuita que también tuvo declaraciones sobre seres extraterrestres pero esto en el siglo XIX, sacerdote y astrónomo italiano Ángelo Secchi el cual declaro públicamente la posibilidad de vida en otros planetas.

Pero esta siguiente historia es totalmente diferente, ya no existe el supuesto por así decirlo.

Todo comienza con las declaraciones del secretario en aquel entonces del Papa Juan XXIII, Loris Francesco Capovilla, el cual declaro a la prensa en los años 80´s sobre el encuentro entre Ángelo Giuseppe Roncalli o mejor conocido como el Papa Juan XXIII y una Entidad Biológica Extraterrestre o EBE.


Ex secretario del Papa Juan XXIII Loris Francesco Capovilla.


En una tarde de julio de 1961, en la residencia de verano en Castel Gandolfo donde también hay que decir se encuentra “La Specola Vaticana” el nombre del observatorio astronómico del Vaticano considerado como uno de los mejores del mundo, solo como dato.

En este lugar paseaban el Papa Juan y Capovilla en los jardines de la finca, cuando de pronto notaron una estrella muy brillante Capovilla dijo textualmente “Los tuvimos sobre nuestras cabezas, luces, eran luces de colores, azul, naranja, ámbar” esta luz descendió en unos minutos estaba tan cerca que lograron ver que era algún tipo de nave extraña con forma redonda, cuando esta nave estaba lo suficientemente cerca, se detuvo y se quedó suspendida en el aire.


Papa Juan XXIII - Ángelo Giuseppe Roncalli.


Frente a ellos un rayo de luz amarilla apareció debajo de la nave, y de repente de ese rayo de luz se presenció ante ellos un humanoide, más alto que el humano promedio y tenía orejas puntiagudas según describe Capovilla.

El ser levanto su brazo en forma de saludo, pero el papa y Capovilla se arrodillaron y comenzaron a orar, pensando que estaban ante la presencia de algo divino, momentos después levantaron sus cabezas y este ser aún seguía a pocos metros de ellos y totalmente en silencio.




El Papa Juan XXIII se levantó y camino hacia el ser, Capovilla se quedó arrodillado y solo miro al Papa y al ser hablar.

Tomo valentía se puso de pie y camino sin dudar hacia donde se encontraba la plática, viéndolo más de cerca observo a un ser completamente humano con las orejas puntiagudas, envuelto en una tenue luz, delicada y penetrante.




Durante veinte minutos estuvieron platicando pero Capovilla solo podía escuchar la voz del Papa, al parecer el ser estaba hablando de alguna manera telepática, después de ese tiempo el ser se dio la vuelta y volvió a su nave, la nave despego en total silencio.

El Papa volteo con Capovilla y solo le pronuncio estas palabras “Los hijos de Dios están en todas partes, a veces tenemos dificultades para reconocer a nuestros propios hermanos”.


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