Elizabeth Sawyer La Bruja que Confesó su Pacto con Satanás (Caso Real)
Un Pueblo Atormentado
El viento aullaba entre los árboles retorcidos de Edmonton, una aldea sombría donde las sombras parecían moverse con vida propia. Corría el año 1621, y entre los susurros de los aldeanos, un nombre se repetía con miedo y odio: Elizabeth Sawyer. Una mujer pobre, de rostro curtido por el trabajo y el desprecio, que vivía al margen del pueblo, en una choza maldita donde, decían, el Diablo en persona la visitaba. Pero… ¿Era realmente una bruja, o solo una víctima de la crueldad humana? Esta es la historia de uno de los juicios más escalofriantes de la Inglaterra de las brujas…
La Acusación: Muerte y Maleficios
Todo comenzó con una tragedia. Agnes Ratcleife, una vecina de Elizabeth, juró que su esposo había muerto tras una maldición. "Esa vieja me miró con ojos de serpiente", gritaba Agnes, señalando a Sawyer. Pronto, otros se sumaron: un niño enfermó tras cruzarse con ella, una vaca dejó de dar leche, y hasta un perro negro –nunca visto antes– rondaba su cabaña. Los rumores crecieron como maleza venenosa. El pánico se apoderó de Edmonton, y las autoridades no tuvieron opción: Elizabeth fue arrastrada ante la justicia, acusada de pactar con las fuerzas del infierno.
La Prisión: El Diablo en Forma de Perro
Entre los muros húmedos de la prisión de Newgate, el capellán Henry Goodcole interrogó a Elizabeth. Bajo la tenue luz de una vela, ella confesó… pero sus palabras helaron la sangre. "Él viene como un perro… negro, con ojos como brasas", susurró. Se refería a Tom, el demonio que, según ella, le ofreció poder a cambio de su alma. "Me ordenó maldecir a mis enemigos… y lo hice", admitió con voz quebrada. ¿Era verdad, o solo el delirio de una mujer rota por el miedo y la tortura?
El Juicio: Entre la Histeria y el Odio
El tribunal estaba repleto. Campesinos, nobles y curiosos se apretujaban para ver a la bruja. Los testigos juraron haberla visto murmurar encantamientos, volar en escobas y hasta transformarse en un gato. Pero el momento más espeluznante llegó cuando el juez mostró una marca en su cuerpo "la señal del Diablo". Elizabeth, ya resignada, no se defendió. Sabía que su destino estaba sellado.
La Ejecución: El Último Secreto
El 19 de abril de 1621, Elizabeth Sawyer fue llevada a Tyburn, el lugar de las horcas. La multitud vitoreaba, pero ella, con los labios agrietados, murmuró algo que solo el verdugo escuchó: "Tom me espera…". Cuando la trampa se abrió, algunos juraron ver una sombra negra alejándose entre la niebla…
¿Maldición o Leyenda?
Su historia inspiró panfletos y hasta una obra de teatro, pero la verdad sigue enterrada. ¿Fue Elizabeth una asesina sobrenatural, o solo una mujer solitaria, condenada por la ignorancia y el miedo? Hoy, en Edmonton, algunos dicen que en las noches de luna llena… un perro negro aún merodea cerca de las viejas ruinas de su cabaña.
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