El Roswell Brasileño - El Caso Feira de Santana (El caso antes de Varginha)
Todo está en silencio… solo se escucha el viento pasando entre los árboles, algún animal lejano, y el zumbido de la red eléctrica.
De repente, el cielo se enciende.
Una luz cruza la oscuridad, baja en vertical y…
¡Se estrella en una laguna en medio del campo!
Minutos después, la luz se apaga…
pero no solo la del objeto.
La energía eléctrica de decenas de ciudades cercanas también cae al mismo tiempo.
Y es en esa noche de enero de 1995, en la zona rural de Feira de Santana, algo que no debería estar ahí apareció en el agua.
Un granjero se acercó a mirar.
Lo que vio cambió totalmente su vida…
y encendió uno de los casos ufológicos más misteriosos de Brasil.
Y así es chicos, hoy vamos a hablar del Caso Feira de Santana:
un OVNI que se estrella,
dos criaturas extrañas,
el ejército, helicópteros, amenazas…
y, supuestamente, hasta la participación de Estados Unidos en el encubrimiento (No podía faltar el Tio Sam).
DÓNDE DIABLOS ES FEIRA DE SANTANA
Feira de Santana es la segunda ciudad más grande del estado de Bahía, una especie de nudo vial entre el interior y la capital, Salvador. Carreteras, camiones, zona rural, pastizales, lagunas… un típico paisaje del noreste brasileño.
Pero además de camiones y ganado, la ciudad tiene otra fama entre los ufólogos:
Es escenario de uno de los casos más comentados de la ufología brasileña moderna.
En foros y artículos, se lo menciona junto a Colares, Varginha y bueno y otros casos clásicos de Brasil.
Así que, para los que siguen estos temas, Feira de Santana no es solo un punto en el mapa.
Es casi… una parada obligada en la ruta de los “incidentes raros”.
LOS AVISOS ANTES DEL CHOQUE
El caso principal estalla el 12 de enero de 1995, pero no aparece de la nada.
Según los investigadores, hubo “antecedentes” días antes, en el distrito de Maria Quitéria, al norte del municipio.
Donde un estudiante caminando por una carretera, al caer la tarde, ve un objeto cilíndrico, negro, parecido al fuselaje de un avión… pero sin alas. Flotando sobre la maleza, cerca del limites de una granja.
Pocos días después, un grupo de amigos regresando de madrugada por la Avenida do Contorno Norte ven una luz en el cielo que, de repente, se fragmenta en tres.
y cada fragmento toma una dirección distinta.
No estamos hablando todavía de naves chocando, ni de bichos raros saliendo del agua.
Pero sí de algo:
el cielo sobre Feira ya estaba… raro.
Es como si alguien estuviera haciendo reconocimiento previo.
Preparando la estrategia antes del movimiento decisivo.
LA MADRUGADA DEL 12 DE ENERO
Y entonces llega la noche clave.
Madrugada del 12 de enero de 1995.
Testigos en el distrito de Jaiba, al este de Feira de Santana, describen haber visto un objeto luminoso cayendo en vertical hacia una plantación de la zona.
Ese objeto cambiaba de color:
verde… rojo… y verde de nuevo…
como si estuviera fallando, o intentando maniobrar.
El objeto se dirigió hacia el Lagoa de Berreca, una laguna en la propiedad rural.
Y es ahí donde se vio el último destello…
y después… un silencio total.
Un apagón masivo cubrió la región justo cuando la luz del lago se extinguió.
Se fue la electricidad en Feira de Santana…
y en decenas de ciudades cercanas.
No fue solo una lucecita rara.
Fue un golpe al sistema eléctrico regional.
Como si después del choque se produjera un pulso electromagnético, un blackout que, hasta el día de hoy, oficialmente, no ha tenido una explicación técnica clara divulgada al público.
ENTRA EN ESCENA “BETO”, EL PROTAGONISTA
Cerca de la laguna vivía un agricultor, conocido en los relatos como “Beto”.
Y en los reportes le dan el apellido Lima, y ufólogos como Alberto Romero lo mencionan con ese nombre al reconstruir el caso.
Así que esa madrugada, Beto se despierta con su perro desesperado y ansioso.
Después un resplandor raro entró por su ventana.
Se asomó en dirección a la Lagoa de Berreca, el cielo parecía haber caído.
Con linterna en mano, Beto se acercó.
Y ahí es cuando lo ve.
Según su descripción posterior, el objeto era metálico, de tamaño similar a un Volkswagen escarabajo o de un automóvil compacto, y parecía reflejar el ambiente alrededor, como si tuviera una especie de camuflaje especular. como si estuviera cubierto el objeto de un manto tipo espejo.
En un costado, distingue una escotilla.
Y entonces, la escotilla…
se abrió.
De dentro del objeto sale primero una sustancia viscosa, desconocida.
Y luego… un ser peludo, de baja estatura, con garras, semejante —según el propio Beto— a una especie de perezoso.
En el interior de la nave, Beto alcanzó a ver otro ser, ya muerto, sobre un panel electrónico.
Lo describe como un ser de baja estatura, semejante a un alien gris, con cabeza y ojos grandes, rasgos extraños, claramente no humanos.
Un “extraterrestre clásico” muerto en el tablero…
y un ser peludo y con garras, herido, saliendo de la nave como puede.
Creo que la palabra raro queda corta.
BETO AYUDA A LOS SERES
Aquí viene una de las partes más surrealistas del relato.
En lugar de salir corriendo, Beto decide ayudar.
Cuenta que el ser peludo estaba herido, desorientado, y que se movía con dificultad.
El otro, el pequeño de aspecto “alienigena”, permanecía inerte dentro de la nave.
Según la reconstrucción ufológica, Beto traslada a los dos seres a su casa.
El peludo, tipo perezoso, estaba vivo, aunque mal.
El pequeño, de aspecto más humanoide, sin vida.
En su testimonio, Beto menciona que el peludo parecía extender la mano, como buscando ayuda, pero no emitía sonidos articulados.
Solo un comportamiento que él interpretó casi como…
“me salva o me deja morir aquí”.
Ahora pongámonos en los zapatos de Beto por un minuto:
Estás en medio del campo, de madrugada, sin luz, con la mitad de la región a oscuras…
y en tu sala tienes a un “un ser desconocido” sangrando en el piso… y a otro, muerto, con cara de que vino de otro mundo.
Lo más probable es que cualquiera entre en pánico.
Beto, según los relatos, entra en modo automático de ayudarlos al verlos muy vulnerables: los resguarda, espera que amanezca… y no tiene ni idea de qué hacer.
LLEGAN LOS MILITARES
A eso de las 5:30 de la mañana, la calma del campo se rompe.
Vecinos comienzan a ver tropas militares moviéndose por la región.
Camiones del Ejército, vehículos circulando por caminos rurales, como si estuvieran buscando algo.
En algunos relatos, los propios soldados dijeron que, al principio, no sabían bien qué iban a buscar; les habían dado órdenes de dirigirse a un punto específico, y siendo muy sigilosos.
Cuando llegan a la plantación de Beto, no tocan la puerta con delicadeza.
Entran, registran la casa… y encuentran a las dos criaturas.
De acuerdo con testimonios recopilados por ufólogos, los soldados describieron al ser peludo como un bicho parecido a un perezoso, pero “extraño” como Beto lo describió también, pero los soldados agregaron que era muy diferente a los animales normales. Estaba herido y extendía la mano hacia uno de los militares, como si pidiera ayuda. No emitía voz.
El otro, el ser de aspecto más “alienígena tradicional”, pequeño, de ojos grandes, parecía una niño desnutrido, pero con rasgos físicos no humanos.
Los militares los cargaron y los subieron a un camión.
Luego se dirigieron a la Lagoa de Berreca.
En busca del objeto.
Y lo terminaron encontrando.
Según el relato, el objeto metálico estaba parcialmente sumergido.
Cuando lograron sacarlo, se dan cuenta de algo raro:
para su tamaño, era muy ligero.
Lo cargan entre varios, lo suben a otro camión…
y esperan nuevas instrucciones.
Hasta aquí… ya tenemos un OVNI caído,
dos criaturas no humanas,
el Ejército en la escena,
y una laguna que se queda sin testigos.
Pero la cosa no termina ahí.
SERVICIO SECRETO, HELICÓPTERO Y SILENCIO
Después de un rato, aparece en el cielo un helicóptero.
Y con él, otro camión, esta vez un camión pesado sin identificación, sin insignias visibles.
De la aeronave descienden hombres que no llevan uniforme clásico del Ejército.
Los relatos ufológicos y las reconstrucciones periodísticas los identifican como agentes del servicio secreto de la Marina Brasileña enviados especialmente para hacerse cargo del material.
Se llevaron los cuerpos al helicóptero.
Y la nave al camión pesado. Simplemente cambiaron de mano de los militares a agentes del servicio secreto.
Los trabajadores de la plantación, con Beto incluido, reciben una “visita especial”:
son amenazados, según los testimonios, y advertidos de mantener silencio sobre lo ocurrido.
Ya saben el protocolo para estas situaciones.
Recuperación de “material sensible”.
Helicóptero, camión sin logo…
y todos los presentes advertidos con algo tipo:
“No viste nada. No sabes nada. Y es mejor que te calles.”
Y así… el incidente en la plantación desaparece de la superficie.
Al menos… por algunos años.
ENTRA ALBERTO ROMERO: EL UFÓLOGO QUE NO SE CALLÓ
Si la historia no quedó enterrada del todo fue, en buena parte, gracias a un nombre:
Alberto Romero.
Romero es un ufólogo argentino radicado en Bahía, que investigó el caso a fondo. Es autor de artículos como “Nuevas pruebas confirman el secuestro en el interior de Bahía.”, “Existen indicios de que un OVNI se estrelló en Bahía.” y “Un platillo volante estuvo a punto de estrellarse en Bahía.”, donde detalla el caso Feira de Santana con base en entrevistas y trabajo de campo.
Según Romero, el propietario de la plantación—identificado en la prensa como “Lima”— le contó la historia con detalles:
la luz cayendo, la nave del tamaño de un carro compacto, la escotilla, los dos seres, el rescate militar.
En un reportaje del periódico Correio 24 Horas, Romero explica que el agricultor le dijo textualmente que vio “dois bichos” osea dos animales o dos bichos :
uno de ellos con la apariencia clásica de extraterrestres (muy similar al descrito luego en Varginha),
y otro peludo, como un perezoso.
Pero Romero va más lejos.
En sus investigaciones, él afirma haber encontrado indicios de que Estados Unidos se involucró en el caso.
Según sus fuentes, un satélite americano habría detectado el objeto cuando caía sobre Feira de Santana, y habría avisado a los militares brasileños sobre la caída del OVNI en la región.
La consecuencia, según esta versión:
es que los cuerpos y la nave habrían sido finalmente enviados a territorio estadounidense.
Nada de esto está documentado en archivos desclasificados públicos…
pero es la línea que muchos ufólogos siguen hasta hoy.
¿QUÉ ERA EL “BICHO-PEREZOSO”?
Uno de los detalles más raros de este caso es la famosa criatura peluda.
En los relatos se la describe como baja, peluda, con garras, muy parecida a un perezoso, pero “extraña”, “no exactamente igual” a uno de la fauna local.
Y aquí nace una duda que a los ufólogos les encanta:
¿Era un ser inteligente que trabajaba junto a los humanoides del OVNI…
o era justamente un animal de la Tierra, capturado por ellos para estudio?
Los investigadores señalan que el “caso del perezoso” se parece a otro incidente ocurrido en Venezuela, donde supuestamente un ser peludo, tipo animal, también apareció asociado a un evento ufológico.
Si era inteligente, tenemos un escenario casi de “tripulación mixta”:
un piloto humanoide y un “técnico” peludo… o una especie diferente que convive con ellos.
Si era solo un animal de la Tierra, entonces abre otra línea:
¿Y si los ET, además de estudiarnos a nosotros, también capturan fauna, como si fueran investigadores de campo cósmico?
EL RASTRO DESPUÉS DEL CASO: HELICÓPTEROS, OVNIS Y MÁS RUIDO
Después de la caída del OVNI, los años siguientes no se quedaron tranquilos.
Según el artículo de la Wikipedia en portugués y compilaciones de casos en Bahía, tras el incidente hubo muchas manifestaciones en el espacio aéreo y terrestre de Feira de Santana: gente que notó mucho movimiento de vehículos del ejército en la zona rural y en las ciudades vecinas; un movimiento extraño de helicópteros en los días posteriores; y, oficialmente, ninguna explicación convincente para el apagón eléctrico.
Y no solo eso.
Se registraron otros avistamientos en la región en 1998, 2000 y 2005.
En 2006, un batallón del ejército estacionado en Feira de Santana confirmó el avistamiento de un OVNI. sobrevolando el aeropuerto de la ciudad.
Y en 2013, varios conductores reportaron un objeto volando sobre el complejo de viaductos del barrio Cidade Nova.
O sea…
El caso no fue un fogonazo aislado,
sino parte de una serie de anomalías que convirtieron a Feira de Santana en una especie de “punto caliente” ufológico.
¿QUÉ QUEDA HOY DEL CASO FEIRA DE SANTANA?
Casi tres décadas después, el Caso Feira de Santana sigue siendo, para muchos, uno de los más importantes de la ufología brasileña. ya que sucedió un año antes del evento en Varginha, y presenta paralelos muy extraños::
Un objeto cayendo en vertical con luces verdes y rojas.
Un apagón masivo en la región.
Un granjero que ve una nave del tamaño de un auto compacto, con camuflaje especular.
Dos seres: uno peludo, otro con apariencia muy similar al extraterrestres gris.
La llegada del Ejército, recuperación de cuerpos y nave.
Servicio secreto de la Marina y camión sin logo.
Testigos amenazados.
Años después, ufólogos como Alberto Romero reconstruyeron la historia con mapas, entrevistas y mucha insistencia.
Ningún documento militar desclasificado ha salido a decir:
“Sí, encontramos un OVNI con dos extraterrestres en Bahía.”
Pero tampoco hay un informe técnico oficial que explique, con nombres y números,
el apagón, el operativo y todos los detalles de esa noche.
PREGUNTAS PARA QUIEN MIRA AL CIELO
Entonces…para terminar
¿Qué fue lo que realmente cayó en la Lagoa de Berreca aquella madrugada de 1995?
¿Un artefacto extraterrestre averiado, con una tripulación muy poco humana?
¿Un experimento militar que se salió de control?
Lo que sí sabemos es esto:
en una madrugada cualquiera, en la periferia de una ciudad brasileña,
alguien miró al cielo
y vio algo que no debería estar ahí.
Y desde entonces,
cuando en Feira de Santana la luz titila
o un helicóptero da vueltas de más,
siempre hay quien susurra:
¿Regresaron?
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