Epopeya de Gilgamesh (Resumen) Parte 4 Final
Poema de Gilgamesh
(Parte 4)
Gilgamesh llegó a un bosque muy hermoso después de haber pasado la cueva de la montaña Machu, mientras admiraba aquel bosque vio a una mujer, se le acercó y la mujer pensó que se trataba de alguien peligroso por la facha de un Gilgamesh con la piel de un león encima y golpeado por todo el camino que tuvo que recorrer para llegar hasta ahí, así que la mujer cerró la puerta y echó la tranca.
Gilgamesh escuchó ese ruido y le pregunto que has escuchado y visto mujer que cierras la puerta y le pones la tranca?.
Golpeare tu puerta y romperé la tranca.
Soy yo Gilgamesh el que mató al toro que venía del cielo, Soy yo quien mató al guardián del bosque, en los pasos de la montañas yo aniquile a los leones.
La mujer le preguntó si eres tú Gilgamesh el que hizo todas esas proezas, por que tu cara esta tan demacrada, triste tu corazón, maltratado tu semblante y lleno de ansiedad tu vientre?.
Gilgamesh le contestó vengo de un largo camino y por la estepa vague, por que lo que le sucedió a mi amigo Enkidu me sucederá a mi también, Enkidu a quien yo amaba, ha vuelto al barro.
No habré yo de sucumbir como él?.
La mujer le dijo quién era Sidura la tabernera que vivía a orillas del mar, Gilgamesh le preguntó ¿cuál es la ruta para llegar a Uta-napishtim? dime como llegar a él.
La tabernera le dijo oh Gilgamesh, nunca ha habido un camino para cruzar, ni desde tiempos antiguos nadie puede cruzar el océano, solo Shamash el héroe cruza el océano, la travesía es peligrosa y a mitad de camino están las aguas de la muerte, cerrando el paso adelante.
Cuando pases esas aguas ahí estará Urshanabi, el barquero de Uta-napishtim y ahí estará él, si crees que puedes, cruza el océano, pero aun no entiendo por qué te expones a tanto peligro.
¿Gilgamesh hacia donde corres? la vida que persigues no la encontrarás, cuando los dioses crearon a la humanidad le impusieron la muerte, la vida la retuvieron en sus manos.
Tú Gilgamesh llena tu vientre, dia y noche vive alegre, haz de cada dia un dia de fiesta, diviértete y baila noche y día.
Gilgamesh se encaminó al océano y de ahí cruzó el mar y las aguas de la muerte, llegó a la orilla al escucharlos, Gilgamesh levantó el hacha en sus mano, desenvaino el puñal, avanzó sigiloso y se abalanzó sobre los hombres de piedra y Urshanabi, pero este último intentó escapar y Gilgamesh le golpeó en la cabeza, le agarro del brazo y le inmovilizó.
Apaleo con furia a los hombres de piedra y los arrojó al río, Gilgamesh mirando los ojos de Urshanabi le pregunto ¿Cuál es tu nombre? Yo soy Urshanabi de Uta-napishtim el Lejano dijo el.
Gilgamesh le contestó yo soy Gilgamesh de Uruk, el que hizo un tortuoso camino por la montañas y atravesó las aguas de la muerte, así que dime dónde está Uta-napishtim, donde está el camino que lleva hasta el.
Urshanabi llevó a Gilgamesh hasta Uta-napishtim se subió a una embarcación y durante mes y medio estuvieron viajando hasta que llegaron a él y así en su presencia Gilgamesh le contó su historia y el motivo por el que venía a él.
Uta-napishtim le dijo a Gilgamesh ¿por qué siempre persigues la pena? tu que estas hecho de carne divina y humana, a quien los dioses hicieron como tu padre y tu madre, ¿alguna vez has comparado tu suerte con la del necio?, te pusieron un trono en la asamblea y te dijeron siéntate.
Y sigue diciendo, nadie oye la voz de la muerte, la muerte tan despiadada que ciega a los hombres, ante el sol su semblante mira, y entonces de pronto no hay nada.
Los arrebatados y los muertos, que parecida es su suerte, pero nunca nadie ha trazado la semejanza de la muerte, nunca en la tierra los muertos saludaron a un hombre. Los Anunnaki, los grandes dioses, fijaron la suerte con ellos, la muerte y la vida han fijado pero el día de la muerte no revelan.
Gilgamesh le dijo, te miro tu forma no es distinta, eres igual que yo estaba decidido a hacerte luchar pero ahora en tu presencia mi mano se contiene, dime ¿Cómo estuviste en la asamblea de los dioses?, ¿Cómo encontraste la vida eterna?.
A lo que Uta-napishtim le contestó, déjame revelarte un asunto sumamente secreto, a ti te contaré un misterio de los dioses, dejame te cuento esta historia.
La ciudad de Shuruppak, una ciudad que tú bien conoces, que está a las orillas del río Éufrates, esa ciudad era antigua, los dioses estuvieron allí una vez, cuando los grandes dioses decidieron enviar el Diluvio, los dioses hicieron un juramento de mantenerlo secreto, Anu juro, Enlil juró, Ninurta juró, y el dios Enki también juró y fue este mismo que repitió este juramento a una cerca de cañas en el cual yo Uta-napishtim está del otro lado, y lo dijo así.
¡Oh cerca de cañas!, ¡oh muro de ladrillos!, oye esto y presta atención ¡oh hombre de Shuruppak, hijo de Ubar-Tutu, derriba la casa, y construye una barca, abandona la riqueza y busca la supervivencia, salva tu vida, lleva a bordo de la barca semillas de todas las cosas vivas.
La barca que construirás, sus dimensiones serán todas iguales, su longitud y su anchura serán todas iguales y cúbrela con un tejado.
Comprendí sus palabras y le conteste, Enki mi señor obedezco y lo haré, pero ¿Cómo respondo a mi ciudad, a la multitud y a los ancianos? Enki dijo también les dirás esto, seguro que el dios Enlil siente odio por mi y en su ciudad no puedo vivir ya, no podré pisar más el suelo de Enlil.
Uta-napishti le dijo, iré contigo seguiré tu camino y viviré en tus tierras mi señor, en el Apsu, y se que tu nos llenarás de abundancia, y fue así que con las primeras luces del alba luminosa empezaron a trabajar con la barca, los jóvenes estaban, los viejos llevaban cuerdas de fibra de palma, el rico llevaba la brea, el pobre llevó las poleas.
Se construyó y en el séptimo día la barca estaba terminada, toda la plata que poseía la cargue a bordo, todo el oro que poseía lo cargue a bordo, toda semilla de ser vivo lo cargue a bordo, mandé subir a bordo a toda mi familia, amigos, a manadas de la estepa, a rebaños de la estepa subí a bordo.
Y así con las primeras luces del alba luminosa se levantó en el horizonte una oscura nube negra y rugiendo dentro de ella estaba Adad el dios de la tormenta, Los dioses Shullat y Hanish lo precedían llevando su trono sobre la montaña y la tierra.
El dios Errakal arrancó de cuajo los postes del atracadero, Ninurta, al pasar, hacía desbordar las presas, los dioses Anunnaki portaban antorchas de fuego quemando el campo con brillantes destellos y todo lo que entonces era brillante se convirtió en tinieblas.
Durante un día los vendavales arrasaron el país soplaron fuerte y después llegó el Diluvio, como una batalla el cataclismo paso sobre la gente, un hombre no podía distinguir a otro, ni podía reconocerse a la gente en medio de la destrucción, incluso los dioses se asustaron del Diluvio y se marcharon, subiendo al cielo de Anu.
La diosa Belet-ili dijo mientras lloraba: Los tiempos de antaño se han convertido en arcilla, por que hable con maldad en la asamblea de los dioses, ¿Cómo pude hablar con maldad en la asamblea de los dioses y declarar una guerra para destruir a mi pueblo?, yo fui quien las dio a luz, esas personas son mías y ahora, como peces llenan el océano.
Los dioses Anunnaki lloraban con ella, con el rostro húmedo lloraban con ella, sus labios estaban resecos y abrasados por la fiebre.
Durante seis días y siete noches el viento sopló, el aguacero, el Diluvio, arrasó la tierra, pero cuando llegó el séptimo día el Diluvio terminó.
El océano se calmó, la tempestad se calmó y el Diluvio terminó de esa manera, observe el tiempo, estaba silencioso y en calma, pero toda la gente había vuelto a la arcilla, ya había muerto, en la montaña de Nimush el barco encalló, saque una paloma, la deje en libertad, la paloma partió pero después volvió, no encontró un lugar donde posarse, así que regreso a mi, saque una golondrina, la deje en libertad y después volvió a mi, saque un cuervo, lo deje en libertad, el cuervo partió, vio que las aguas se retiraban, encontró comida, se inclinó y revoloteo y no regreso a mi.
La diosa Belet-ili, estaba molesta con Enlil, el que carece de consejo y trabajo el Diluvio y entrego a mi pueblo a la destrucción.
Pero Enlil también estaba molesto y enfurecido porque vio la barca y se llenó de ira contra los divinos Igigi ¿De dónde ha escapado este ser vivo?, ¡ningún hombre debía sobrevivir a la destrucción! dijo Enlil.
Ninurta le dijo a Enlil ¿quien mas pudo ser si no Enki?, solo Enki sabe como se hacen todas las cosas. Los dioses discutieron que no necesitaba existir el Diluvio que había otras maneras de diezmar a la gente sin tanta destrucción.
Mientras tanto Enki se defendió diciendo que no fue él que reveló el secreto de los grandes dioses, le entregue una visión en un sueño a Uta-napishtim y así se enteró de nuestro secreto y ahora decide qué hacer con él, Enlil subió a bordo del barco, me agarro la mano y me llevó a bordo, llevó a bordo a mi esposa y la hizo arrodillarse a mi lado, nos toco la frente para bendecirnos y dijo estas palabras: “En el pasado Uta-napishtim era un hombre mortal, pero ahora él y su esposa serán como nosotros los dioses, el morara lejos, donde desembocan los ríos” y ahí fue a donde me llevaron.
Pero tu ahora, ¿Quién convocará para ti la asamblea de los dioses, para que puedas encontrar la vida que buscas?
Gilgamesh triste solo dijo “Vaya a donde vaya, allí también estará la muerte”.
Uta-napishtim le habló a Urshanabi y le pidió que le diera ropa nueva a Gilgamesh y que le dijera donde puede lavarse para poder llevarlo de regreso a su hogar.
Uta-napishtim apenado de que no le pudiera dar nada a Gilgamesh por su largo viaje le contó otro secreto de los dioses, le contó sobre una planta de los dioses que parece espino, tiene espinas como un escaramujo y pícara a quien la arranque, pero si la puedes obtener volverás a ser como eras en tu juventud, le dijo que estaba en el fondo del Apsu, Gilgamesh no lo pensó y ato pesadas piedras en sus pies que le hicieran bajar hasta el fondo tomó la planta, se espino, cortó las piedras y dejó que el mar lo llevara a la orilla.
Gilgamesh le dijo a Urshanabi el barquero: esta planta, es la “Planta de los Latidos”, con ella un hombre puede recuperar su vigor, la llegare a Uruk la Cercada a un anciano le daré de comer un poco para probar su poder, después la tomaré yo asi que regresare a Uruk.
Cuando llegaron a Uruk, Gilgamesh le dijo a Urshanabi: Oh Urshanbi sube a la muralla de Uruk y anda por ella y mira su grandeza de la que está hecha, Gilgamesh regresó a su hogar.
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